Una amiga el oto día me comentaba como su bebé de 2 meses sufrió un episodio de cólico muy fuerte, y ante la impotencia de no poder calmarle, ni con balanceo, si con alimento, ni siquiera con un suave masaje decidió acudir al médico. Le habían comentado que existía una terapia osteopática que trataba los problemas ocasionados por los cólicos y que iban bastante bien. Decidió probar y me comentó que fue como magia, de pronto se sintió aliviado, calmado e incluso sonreia.
Investigando me paso este artículo sobre osteopatia vv cólicos y me pareció muy interesante mostaroslo. Aquí va un resumen del mismo, pero si teneis más interés consultar a Anna Rosell.
"Viola Frymann, neuropediatra, dedicó su vida profesional a estudiar y encontrar las
causas de los vómitos en el lactante, ante la impotencia de conocer la causa de los vómitos que causaron la muerte a un bebé y que la medicina del
momento no consiguió parar, dedicó sus estudios al tratamiento para el cólico del lactante, de estos estudios nació un protocolo a seguir de tratamiento osteopático en
pediatría.
Un
bebé no llora porque si. Siempre hay una causa.
Antes
de los tres meses el sistema nervioso del bebé no ha hecho aún las
conexiones necesarias para poder manipular su entorno, concretmente a
su madre.
El
cólico del lactante es una alteración debida a muchos factores. Por parte de la medicina
osteopática, su diagnóstico, requiere un estudio específico del cráneo del
recien nacido en su totalidad, haciendo especial atención a las estructuras
óseas que conforman la base del cráneo.
El hueso occipital, para poner un ejemplo,
en el momento del parto está compuesto por cuatro huesos que deberán encajar
para formar un hueso único.
La
fisiología lo tiene todo calculado y naturalmente las estructuras óseas
del cráneo del feto estan constituídas de tal forma que puedan deformarse
y solaparse para conseguir el diámetro adecuado que facilite el descenso por el
canal del parto.
El
nervio neumogástrico y el nervio glosofaríngeo son nervios que participan
en la regulación de la función digestiva y del buen funcionamiento
de la lengua.
Deben pasar por un orificio concreto que se encuentra en la base
del cráneo. Esta parte del cráneo
está sometida a gran presión durante el momento de salida de la cabeza del
bebé. Los dos huesos forman una articulación y con el momento del parto puede quedar comprimida temporalmente o de forma más
persistente, dificultando así el buen funcionamiento neurológico de los nervios
implicados.
La práctica
osteopatía en este caso tendrá como objetivo analizar las presiones concretas a
las que ha estado sometido el cráneo del bebé.
El
tratamiento osteopático se basa en maniobras manuales muy suaves, aplicadas en
el cráneo del bebé, con las que se detectará el tejido dañado y se tratará con
una suave presión hasta conseguir el cambio tisular que favorecerá la
función neurológico".
Fuente: Anna Rosell Bultó madre y osteópata
especializada en pediatría y ginecología.
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