El deporte siempre ha formado parte de mi vida, desde
pequeña aprendí a nadar, y desde entonces me dediqué a este deporte tan
sacrificado, pero a la vez tan satisfactorio. Si volviera atrás en el tiempo
volvería a hacer exactamente lo mismo, porque la natación, más que un deporte,
ha sido un modo de vida. Me ha enseñado competitividad, lealtad, superación y
organización.
Pero es que además, muchos estudios me dan la razón, y es que
las actividades deportivas, en general,
y sobre todo en los niños pequeños les ayuda a desarrollar muchas habilidades
como: percepción, motricidad fina y gruesa, control postural, flexibilidad, resistencia
cardiovascular y el conocimiento del propio cuerpo.
Así que cuando la bichito tuvo edad suficiente para comenzar
con la actividad pre-deportiva, no nos lo pensamos. Y es que además del
desarrollo de habilidades, el deporte les ayuda a ganar seguridad en sí mismos,
ya que el hecho de ir superando retos hace que se sientan capaces de afrontar
otros de mayor dificultad, y por tanto, conseguir esos logros hace que aumente
su autoestima.
Les enseña a ser organizados, este es un aspecto que a mí me
parece muy interesante señalar. La práctica de un deporte de modo habitual hace
que el niño organice su tiempo de estudio y de juego en base a las actividades
que tenga en el día.
Y además de todo esto, también les permite poner en práctica
las habilidades sociales, la empatía y la asertividad necesarias para
desarrollar la inteligencia emocional.
Está claro que los niños de entre 3 y 6 años deberían tener
entre una y varias horas de juego libre al día, pero también es muy necesario
que tengan al menos una actividad deportiva.
El gran problema que nos encontramos es la falta de tiempo
libre, tienen sus horarios demasiado
programados: hora de levantarse, de desayunar, de ir al cole, de salir de
clase, de ir a actividades, de bañarse, de cenar y de irse a dormir.
Y que cada vez tienen menos acceso a espacios libres, a
parques, jardines o entornos naturales, sobre todo los que viven en las
ciudades. Apenas existen espacios donde ejercitar de forma libre y espontánea
su motricidad.
Cada vez andan menos por las distancias y a las prisas.
Las pantallas invaden nuestro tiempo de ocio, no digo que se
le retiren del todo, pero al final este tipo de juego propicia el sedentarismo.
Salgamos a la calle, al campo y los niños se expresen
libremente y jueguen y sobre todo que se muevan.
Voy a tener que plantearrme actividades deportivas con mis peques, aunque aún tiene tiempo para correr y hacer el salvaje en el parque. Afortunadamente :D
ResponderEliminarTienes toda la razón y estoy muy de acuerdo contigo.
ResponderEliminarUn deporte bien enseñado es muy beneficioso en la vida de cualquier niño ,además de fomentar un hábito sano y continuado que cuando llegan a la edad de 13-15 años ,veo muchas madres a mi alrededor que no saben qué hacer con ellos y los lanzan al parque con los grupitos a hacer gamberradas porque en casa molestan.