9.7.12

Artículo de Opinión Julio: Estimulación temprana, más que un juego con el bebé


Según el libro blanco de la Atención temprana se entiende por ésta:

“ el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños  con trastornos en su desarrollo que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”.

El cerebro de un niño evoluciona durante los tres primeros años de vida a un ritmo sorprendente, es como una esponja que absorbe todo lo que ve, siente, y conoce. Es por ello que el aprendizaje es más intenso y eficaz en estas etapas debido a  la plasticidad del cerebro. Durante estos años y hasta los 6 la conexión neuronal es más fácil y  por ello es por lo que la estimulación temprana se dirige a la población de 0-6 años y tiene como objetivo dar una respuesta lo más pronto posible a las necesidades. 

Para el desarrollo de  la inteligencia, el cerebro necesita de información, la cual en el caso de los bebés la reciben a través de los sentidos. Los estímulos que reciben los bebés por parte del entorno que les rodea son los que hacen que se desarrolle tanto a nivel motor, como afectivo, del lenguaje, comunicativa, y social de una manera adecuada etc….Si los estímulos que reciben diariamente son escasos o de baja calidad, el cerebro tardará en desarrollar sus capacidades, por el contrario unos buenos estímulos contribuirán al desarrollo de una mejor inteligencia que se reflejará en todas las áreas de su vida. 

La mayoría de las personas no han recabado nunca en el impacto que tiene sobre un bebé una caricia, la voz de los adultos y sobre todo de la madre, el juego etc.,.. Cuando esto ocurre, Bertá solé (9/06/2012) dice que “se produce una catarata eléctrica que recorre su cerebro, para despertar conexiones neuronales aún dormidas”
Esto quiere decir que todo lo que hacemos con los bebés tiene repercusiones a nivel cognitivo, el momento de la toma de biberón, el cambio de pañal, la comida el momento de descanso,  de juego. Por ello es tan importante lo que les decimos y cómo lo decimos.

Es por ello que es tan  recomendable la estimulación temprana, entendida ésta ya desde hace unos varios años como “técnica que tiene por objeto apoyar al niño en el desarrollo de sus aspectos instrumentales, destinada a brindar impulso a funciones ya existentes en el sujeto y susceptibles de avivarse por medio del estímulo, actuando dicha estimulación a través de la actividad que produce en el sujeto estimulado, y dirigiéndose al niño en su conjunto. (Coriat, 1978).

Durante estos primeros años de vida, se perfecciona la actividad de todos los sentidos, en especial, los relacionados con la percepción visual y auditiva del niño, esto le permitirá reconocer y diferenciar colores, formas y sonidos. Por otro lado, lo procesos psíquicos y las actividades que se forman en el niño durante esta etapa constituyen habilidades que resultarán imprescindibles en su vida posterior. Del mismo modo que asimilamos diferentes aprendizajes a través de la imitación o modelado, repitiendo lo que nos dicen una y otra vez, podemos también aprender a leer, lograr un pensamiento matemático, e incluso desarrollar aspectos sensoriales y sociales.

Cada bebé es único, y tiene un desarrollo completamente diferente al de otros niños, cuando unos con 9 meses ya caminan otros no lo hacen hasta los 14 meses, y esto es algo que los padres han de tener muy presente pues es muy común escuchar a muchos padres comparar a sus hijos con otros amiguitos, o incluso dentro de sus propios hijos, es decir con sus hermanos. El bebé deberá vivir libremente la  experiencia del aprendizaje y la estimulación siguiendo su propio desarrollo y no como una obligación. Nunca  se deberá forzar o estimular al niño a que haga alguna actividad para la que no esté preparado madurativamente. Tenemos que aprender a que sean los niños mismos los que nos indiquen para lo que están preparados, para ello solamente hay que saber observar. 

Además de ajustarnos a su desarrollo correctamente y conseguir una buena estimulación, potenciamos más su autoestima. No debemos olvidar que para los niños, cada pequeño logro conseguido alimenta su autoestima, se sienten satisfechos cuando consiguen las cosas por sí mismos, si por el contrario tratamos que los niños realicen cosas para los que no están preparados lo único que conseguimos es frustración y baja autoestima.

Por esta razón, los padres deben respetar su desarrollo individual, y evitar sobretodo presiones. Los padres también aprenderán y crecerán con ellos, en su tarea de padres durante la estimulación de su hijo. Antes de empezar con la estimulación del bebé es importante, por tanto,  que  conozcan las etapas de desarrollo, para que puedan trabajar los estímulos y las actividades adecuadas a su edad y capacidades.

9 de Julio de 2012

 Marta Veguillas Ocaña. Pedagoga y Diplomada superior en Atención temprana

4 comentarios:

  1. Muy ciert. Pena que los mayores recortes educativos estén afectando a este campo y al de la compensación educativa, los colectivos más vulnerables

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  2. Si, es lo que llaman "Calidad de la Educación", si quitamos, a los que creen que no valen, la educación es mejor, pero es justamente lo contrario, son ellos los que hacen que la educación sea mejor.

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  3. Muy buen aporte. La estimulación temprana es muy importante a la hora de optimizar el desarrollo tanto físico como intelectual de nuestros hijos.

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  4. Si, además no sólo para niños que presentan algun tratorno en el desarrollo, en general mientras se juega con los niños se pueden hacer cosillas sencillas que estimulen su dearrollo a nivel global. Muchas gracias Carla.

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Gracias por tus comentarios :D.

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