Yoga para mamás y bebés

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Cuando estaba embarazada estuve asistiendo a unas clases de yoga prenatal ya que me empezó a doler mucho la espalda y pensé que mi iría bien estirar un poco y mejoraría y así podría disfrutar del embarazo. Lo que no sabía era que me iba a enganchar tanto esta práctica, la cual nunca había realizado. 

El caso es que aparte de hacer yoga también hablábamos un poco de cómo nos sentíamos, como habíamos pasado la semana, lo cual durante el embarazo viene muy bien porque piensas que todo lo que te pasa es sólo a tú y resulta que es todo mucho más normal de lo que te crees. Vamos que hacíamos un poco de terapia también, ja, ja, ja.

Del grupo de yoga para embarazadas surgió, una vez nacidos los bebés, apuntarnos al Yoga para mamás y bebés, y así seguir viéndonos durante un tiempo. Pero bueno os cuento más en detalle que me lio.

El objetivo de las clases es continuar con la práctica de yoga con la peculiaridad de que el bebé nos acompaña. De esta manera  si necesita comer, ser atendido o simplemente achucharle, se puede atender en cualquier momento.

Los beneficios entre otros son:

A nivel físico ayuda a recuperarnos tras el embarazo y el parto: se recupera poco a poco el tono de la  musculatura abdominal, entre otras cosas.

A nivel emocional, se trabaja el vínculo de la mamá con el bebé, y al estar en grupo se favorece el  compartir nuestros estados de ánimo, emociones.

¿Cuándo se puede empezar? Si has tenido parto vaginal, puedes comenzar pasadas cuatro semanas, y si has sufrido una cesárea, es mejor esperar al menos diez semanas, depende de la mamá también y de cómo se encuentre.

Yo llevo menos de un mes, pero estoy encantada, me lo paso bien, paso un ratito con mi bebé en el que disfrutamos ambos, y además sigo haciendo algo de ejercicio físico. ¿Qué más se puede pedir?

Hasta Otra !